Desde que irrumpió en nuestras vidas esta crisis de salud pública, el Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Sevilla ha querido sentirse próximo a las pymes, los autónomos, los ciudadanos y las administraciones públicas que han precisado nuestros servicios. Que han querido que los acompañemos en este camino de sombras y de indefinición, que han querido que iluminemos, en la medida de nuestras posibilidades, los nuevos espacios y roles que la Covid 19 nos ha legado. Que han querido, y no nos cansamos de agradecer su confianza, que avancemos juntos hacia un mañana en el que sus expectativas sean plenas y satisfechas.
Gracias a las vacunas y a la responsabilidad individual parece que lo peor ya ha pasado a nivel sanitario, pero todavía nos queda un trecho importante en la reconstrucción económica y social de nuestras ciudades. Los gestores administrativos colegiados han dado un paso hacia delante en la modernización de su trabajo. Poco queda de aquellos escritorios con montañas de papel, estantes repletos y archivadores rebosantes de expedientes. Y no sólo los despachos han cambiado, también los propios colegiados y colegiadas, que han tenido que actualizar sus conocimientos, formarse, aprender nuevos métodos de comunicación, de organización del trabajo; que han tenido que redirigir y enfocar muchas de sus funciones.
Las nuevas tecnologías nos han dado libertad, celeridad y comodidad. Hemos agilizado los trámites y facilitado el almacenamiento. Ya son posibles cosas que hace no tantos años apenas podían imaginarse: Firmar desde casa, compartir documentos de forma instantánea, acceso a nuestros servicios por vía web, reuniones telemáticas, inscripciones no presenciales. Ticketing, mandato electrónico, gestor documental… nuevos términos, nuevas herramientas, nuevas formas de proximidad, de inmediatez y de eficiencia.
Desde el Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Sevilla queremos resaltar la labor de nuestros profesionales colegiados. Su entusiasmo y su precisión han ayudado a miles de pymes y autónomos, a cientos de familias y administraciones, a sortear las adversidades que nos trajo el coronavirus y el laberinto de normativas al que nos lanzaron unos gobernantes sobrepasados por el presente. Gestores y clientes han tenido que remangarse y defender sus intereses. En tiempos de zozobra, muchas administraciones olvidaron que los gestores somos colaboradores. Que nuestra labor es facilitar la vida de los demás, ser responsables de sus expectativas y garantía de sus derechos. Nuestro trabajo es evitar colapsos y frustraciones. El gestor administrativo siempre suma, nunca obstruye. Siempre estarán entre nuestras distinciones la claridad, la viabilidad y el apoyo.
El Colegio Oficial de Gestores que presido, y lo digo con un orgullo que no cabe en estas páginas, siempre ha estado cerca de sus clientes. Esto va más allá de una relación profesional, de un movimiento de papeles y expedientes. Nosotros los hemos visto sonreír y llorar. Los hemos visto fracasar y alzar el vuelo.
Nuestro corazón siempre ha estado con ellos. Ilusionados con sus proyectos, conmovidos por sus abandonos, tristes con sus idas, alegres con sus regresos. La pandemia ha rescatado la empatía, un sentimiento que parecía enterrado por el ritmo frenético y gélido de nuestras ciudades. Y la cercanía. Siempre la cercanía. Esa con la que abría este humilde texto. Sólo juntos podemos avanzar. Sólo juntos podremos encarnar nuestros sueños. Siempre he creído que los gestores somos compañeros de viaje. Nuestros clientes comparten con nosotros sus anhelos y nosotros tenemos la responsabilidad de que sus aspiraciones tomen tierra. «El alma tiene ilusiones como el pájaro tiene alas; es lo que la sostiene», escribió Víctor Hugo.
Deseo y cercanía. Compromiso y futuro. Nuestra labor es más emocional de lo que los clientes piensan cuando se sientan frente a nosotros en el despacho. Cada relación profesional es un viaje por sus expectativas. Por eso me gusta mi trabajo, por eso estoy orgulloso de ver, cada mañana, el vuestro.