Desde hace algunos años, el Colegio de Gestores Administrativos de Málaga está intentando dar a conocer nuestra profesión a todos los residentes extranjeros en los distintos municipios de la provincia.
Para ello, los distintos ayuntamientos de estos municipios se han ofrecido a colaborar con nosotros en dicho objetivo. En todas las charlas que hemos ofrecido en estos ayuntamientos, he podido comprobar el buen trabajo que todos los profesionales de dichas concejalías están realizando con los extranjeros residentes en sus municipios, ofreciéndoles toda la información que pudiera ser de su interés, estando atentos a sus observaciones y sobre todo estando cerca y muy accesibles a ellos. Tengo que destacar y agradecer la labor tan importante que están realizando, ya que esto repercute directa e indirectamente en el mantenimiento del turismo, tan importante en nuestra provincia. ¡Mi más sincero reconocimiento hacia ellos!
En los distintos acercamientos que hemos llevado a cabo para dar a conocer nuestra profesión, siempre hemos definido al Gestor Administrativo Colegiado como un licenciado en Derecho, Económicas, o Ciencias Políticas, que además ha tenido que someterse a un examen posterior o a un máster para poder acceder al título que le habilita para el ejercicio de esta profesión. Hemos explicado que pertenecer a este colectivo le respalda con un seguro de responsabilidad civil para cualquier eventualidad que pudiera surgir, y le obliga a estar en un permanente reciclaje para estar al día en toda la legislación y novedades y garantizar así el mejor servicio a su cliente.
Todo esto es así, pero me gustaría ofrecer otra visión más humana del Gestor Administrativo. En muchos casos, la profesión del Gestor Administrativo del despacho al que podemos acudir, no es una actividad que acaba de iniciarse, sino que se remonta al padre o incluso al abuelo, quienes crearon el despacho con la finalidad de facilitar la vida del ciudadano, ayudando con sus trámites, con sus impuestos, con tareas, a veces muy sencillas, y otras tantas con expedientes bien complejos, imposibles de llevar a cabo por el ciudadano. Pero siempre, siempre velando por los intereses del cliente, dándole vueltas a los temas hasta encontrar la mejor solución, llevándose éstos a casa, sin poder aislar el despacho de la vida privada. Esta labor que en muchos casos se ha transmitido de padres a hijos, no se percibe tan sólo como una forma de ganarse la vida, sino como una forma de vida en sí, aceptando desde un principio los desvelos y los sinsabores, y también por supuesto, las alegrías cuando finalmente conseguimos solucionar el problema al cliente, o conseguimos darle fin a ese trámite que se había enquistado. En estos casos, además de todo esto, se lleva la carga de responsabilidad de no deshacer el trabajo tan bien hecho por las generaciones anteriores y que se ha heredado con el despacho que ahora se regenta. En fin, lo que me gustaría trasladar a esa persona extranjera que aún no conoce nuestra profesión, es que detrás de cada despacho donde vea nuestro logotipo, nuestra GA, hay un profesional perfectamente cualificado y que se entregará en cuerpo y alma para tratar de ayudarle con el trámite que le haya encomendado. Y no sólo hablo en primera persona, sino en nombre de todos mis compañeros gestores de toda España a los que conozco y siempre me han trasladado esta sensación de desvelo por su trabajo.
Recientemente, durante el estado de alarma y el confinamiento de la población llevado a cabo en España, los Gestores Administrativos hemos sido considerados profesionales esenciales a los que se les ha dado una prioridad en su trabajo, ya que mientras gran parte de la población estaba confinada en sus casas, nosotros hemos estado trabajando desde nuestros despachos, o en oficinas improvisadas en el salón de casa, llevando a cabo ERTES, prestaciones de cese de actividad, impuestos varios, testamentos… velando por nuestros clientes para que no perdieran ninguna ayuda de la que pudieran beneficiarse y les hiciera más llevadera esta dura situación. Tranquilizándoles, aconsejándoles y sirviéndoles de apoyo moral de esos momentos tan difíciles. No hemos descansado, nos hemos desvivido y sobre todo y, lo más importante, seguiremos haciéndolo siempre, porque como he dicho antes, esto no es sólo un trabajo.
Virginia Martín Lara
Vicepresidenta del Colegio de Gestores Administrativos de Málaga