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Subdirector general de Gestión y Coordinación de Flujos Migratorios
La Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización en su art. 73 bis, lo define como un residente en España autorizado a realizar una actividad laboral o profesional para empresas establecidas fuera de España utilizando exclusivamente sistemas informáticos, medios telemáticos, y de telecomunicación.
El perfil sería una persona entre 25 y 40 años cuyo trabajo no requiere presencialidad y que busca establecerse en otros lugares por el potencial atractivo de éstos en cuanto a condiciones de vida.
El perfil que mejor se adapta es el del freelance que trabaja como autónomo en proyectos específicos de empresas y las actividades pueden ir desde la programación, a la consultoría en remoto.
No hay que confundir al nómada digital quien establece su residencia temporal o definitivamente en un territorio integrándose en la sociedad, economía etc. a través del pago de impuestos o la afiliación a sistema de seguridad social, con el turista digital que es alguien que va saltando de destino en destino trabajando de forma alegal en dichos destinos sin afiliación al sistema de seguridad social de destino o el pago de impuestos por las rentas derivadas de su trabajo digital.
Es un atractivo más de los muchos que tiene la ciudad, un bonus muy importante que posiciona la marca Málaga potenciando la atracción de talento a partir de este tipo de perfiles.
Málaga tiene una situación privilegiada junto al mar Mediterráneo, un buen clima todo el año, con buenas comunicaciones tanto terrestres como aéreas y una no menos importante trayectoria como destino turístico seguro muy valorada a nivel europeo. Junto a ello está el que la ciudad se esté posicionando de una manera firme como ecosistema digital innovador a través de actuaciones como el parque tecnológico que están atrayendo inversiones de multinacionales del sector y que actúa como escaparate en la atracción hacia la ciudad de este tipo de perfiles.
No, los nómadas no pasarán de moda, es un fenómeno global imparable que crecerá y crecerá en línea con la evolución de la digitalización de la economía.
Desde mi punto de vista hay que diferenciar entre aquellas personas que teletrabajan pero que viven en el mismo país, normalmente a unas distancias razonables de su centro base de trabajo y donde el modelo que está triunfando es un modelo híbrido con parte de jornadas teletrabajando y otras en modalidad presencial; con los nómadas digitales puros quienes establecen su residencia sin vinculación con un centro físico de trabajo en base a otras motivaciones como la calidad de vida, clima etc.
Estamos en los comienzos de un fenómeno imparable, simplemente pensar que antes de la pandemia el teletrabajo era un tema de debate académico muy teórico y que con la irrupción de la pandemia se impuso por razón de la necesidad llegando para quedarse.
La migración digital moverá a un número ingente de trabajadores, cada vez mayor, sobre todo hacia destinos atractivos y no sólo a nivel global, también a nivel local lo que puede por ejemplo ser un revulsivo para la España vaciada por sus atractivos como la calidad de vida en los pueblos, el precio de la vivienda etc. siempre que ello vaya de la mano de una buena infraestructura de las comunicaciones y una prestación mínima de servicios.
España ha sido pionera en regular este tipo de fenómeno desde el punto de vista migratorio y lo ha hecho a través de la Ley de Emprendedores (Ley 14/2013) sistema muy ágil a la hora de valorar y en su caso otorgar las solicitudes. Debemos permanecer alerta para tratar de adaptar las políticas públicas a la evolución de esta figura.
La era digital supone una importante transformación en todas las capas de la sociedad y la economía y que tienen su traslado a la migración. No podemos obviar este hecho dado que las políticas migratorias deber ir de la mano de los cambios socioeconómicos o no serán una herramienta útil.
Este es un ejemplo de como a partir de la digitalización se crea todo un ecosistema de personas moviéndose globalmente y que necesitan una respuesta desde el punto de vista migratorio.
Los flujos migratorios son algo dinámico que existe desde los albores de la humanidad. Las migraciones siempre llevan aparejada la búsqueda de mejores condiciones de vida tanto para los que las emprenden como para sus descendientes y obedecen a diferentes causas que no siempre están claramente delimitadas como pueden ser motivos económicos o la búsqueda seguridad ante conflictos.
El reto está en tener la capacidad de integrar a estas personas en las sociedades de destino a partir de que puedan participar como actores económicos en dichas sociedades. Es necesario asimismo aceptar que las llegadas de flujos migratorios siempre han supuesto cambios en las sociedades receptoras lo que en no pocas ocasiones ocasiona discursos xenófobos basados en el miedo al otro, o el miedo al cambio. No sería comprensible la idiosincrasia actual de Estados Unidos como sociedad por ejemplo sin la afluencia masiva de emigrantes de todo el mundo. O sin ir tan lejos los movimientos producidos en la España de postguerra desde el campo hacia las ciudades lo que las transformó definitivamente en como hoy las conocemos.
Los retos vendrán de los volúmenes de personas que se desplacen en cada momento, de la situación de la economía o incluso de factores como la demografía en las sociedades receptoras y en como se puede regular todo ese proceso.